lunes, 31 de mayo de 2010

Primer etapa del Proyecto Tiburón


Objetivo: Fotografiar al tiburón tigre (Galeocerdo cuvier).
Sobre el tiburón tigre
Nombre Tiburón tigre (Galeocerdo cuvier)
Orden: Carcarriniformes
Descripción
El apellido de "tigre" se debe a que, como el gran felino asiático, este tiburón presenta una serie de rayas oscuras transversales en el dorso y costados que tienden a difuminarse con la edad. El resto del cuerpo es gris o azul-verdoso claro, siendo sustituido por el blanco en la cara y la zona ventral. El morro es chato y la cabeza, bastante aplastada, presenta una forma casi rectangular, donde destaca un boca parabólica de gran tamaño que se encuentra rodeada por unos pliegues labiales muy desarrollados. Los ojos son grandes y circulares y los orificios nasales alargados y muy adelantados, dispuestos casi en posición frontal. Los dientes son grandes, afilados y muy ganchudos, provistos de bordes fuertemente aserrados, salvo en la parte interna de la punta. Esta peculiar morfología les hace perfectamente capaces de romper huesos de grandes animales y caparazones de tortugas marinas. En caso de perderse alguno de los dientes durante el ataque, otro crece para ocupar su lugar.
El cuerpo es bastante corpulento, pero se adelgaza de forma acusada según se acerca a la aleta caudal. El peso máximo comprobado ha sido de 1.524 kg, correspondiente a un ejemplar capturado en Nueva Gales del Sur, Australia en 1954, que medía 5,5 m. La mayor longitud parece corresponder a un ejemplar de 7,3 m, aunque existen citas sobre un espécimen capturado de 9 metros de longitud, cuya veracidad no ha podido ser demostrada. La aleta dorsal, larga y puntiaguda, está muy desarrollada; las aletas delanteras son anchas y en forma de hoz, y la caudal presenta un lóbulo superior de mayor tamaño que el inferior. Las otras cuatro aletas posteriores (una dorsal y otras tres ventrales) son bastante pequeñas. La aleta anal tiene forma aparente de quilla.
Alimentación
El tiburón tigre es un depredador solitario y predominantemente nocturno, que ataca a todo tipo de presas: desde peces óseos y calamares a rayas y otros tiburones, pasando por gasterópodos, crustáceos, serpientes marinas, tortugas marinas, cocodrilos, aves y mamíferos marinos (marsopas, delfines, cetáceos, etc.)
Reproducción
Como muchos de los grandes tiburones, la especie es ovovivípara, pudiendo nacer entre 30 y 50 crías (maxima comprobada de 82) de 60-75 centímetros por parto. El crecimiento es lento y la madurez no llega hasta los 4-6 años, cuando los machos alcanzan 2,20 metros y las hembras 2,60. El ejemplar más viejo conocido tenía 50 años.
Distribución
La especie se encuentra principalmente en aguas tropicales y subtropicales de Oceanía y el sureste asiático, llegando por el norte a Japón y por el sur hasta Nueva Zelanda. Habita también en aguas costeras de todo el Océano Índico, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo. En América se le encuentra en la costa del Pacífico desde el sur de California al norte de Chile (incluidas varias islas como las Revillagigedo y las Galápagos), y en el Atlántico, desde el Río de la Plata hasta Nueva Inglaterra, siendo particularmente abundante en el Caribe y el Golfo de México. En África está presente en el Golfo de Guinea, desde donde se extiende bordeando la costa noroeste del continente hasta alcanzar Marruecos y Canarias. Aunque ausente del Mediterráneo, existe una población exigua en el Golfo de Cádiz y áreas circundantes que ocasionalmente se adentra en el Estrecho de Gibraltar. Mucho más extraña es la presencia de una población en el sur de Islandia, siendo la que está situada más al norte y que vive en aguas más frías. Se han registrado avistamientos (sin confirmar) en Irlanda, Gales y Cornualles.
La especie no se considera amenazada. En diferentes partes del mundo se captura por deporte, consumo y obtención de algunos productos como aceite de hígado, aletas para la obtención de sopa y cuero. También puede criarse en acuarios públicos, en los cuales demuestra generalmente una gran permisividad ante la presencia humana dentro del agua.
Los tiburones tigre tienen el tercer lugar, después del tiburón blanco y el tiburón toro, en los ataques perpetrados contra humanos. Su gran tamaño, naturaleza curiosa y sus hábitos de alimentación indiscriminados lo convierten en un serio oponente. Han sido responsables de muchos ataques fatales.

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