Bitácora de buceo en Júpiter, Florida.
“Uno de los mejores encuentros de con tiburones de mi vida”
En nuestra búsqueda constante de lugares de buceo con tiburones, fuimos a
Júpiter, Florida, una pequeña ciudad al norte de Miami, la cual recientemente a
sido visitada por aficionados al buceo con tiburones de todo el mundo, debido a
la cantidad de especies de tiburones que se pueden llegar ver en un solo sitio,
tiburones que regularmente se ven por separado en lugares muy remotos, los
escualos que se ven aquí son: el tiburón tigre, el tiburón toro, el gran
tiburón martillo, el tiburón limón y muchas otras mas.
El primer día nos levantamos muy temprano, para pasar al centro de buceo y
hacer el pápelo y liberaciones de responsabilidades correspondientes, esto en
caso de que algún tiburón nos mordiera, ya que con las especies que se bucea
aquí, están consideradas dentro de las más peligrosas del mundo.
Una ves que nos registramos salimos al mar, el cual nos recibió con fuertes
vientos y olas de dos metros, el barco se movía de un lado al otro y era
difícil mantenerse en pie para armar el equipo, aun así nos preparamos y
entramos al agua, en donde hicimos tres buceos espectaculares a lo largo del
día, e interactuamos con cuatro especies de tiburones: el limón, el toro, el
tigre y el gran martillo, los cuales nos dieron un show único, pasando a
escasos centímetros de nosotros, logrando que la adrenalina corriera por
nuestras venas a todo lo que daba, sobre todo cuando los grandes tigres de
hasta cuatro metros de longitud golpeaban los domos de nuestras cámaras
volteando el ojo con la intención de probar lo que éramos.
Fue día con mucha acción que nos dejo con muy poca energía para el resto de
día, pero aun así fuimos comer una buena pasta para recuperar las calorías
pérdidas y estar listos para el día siguiente.
El segundo día de buceo fuimos al mismo lugar, debido a que el día anterior
nos fue muy bien en esos sitios de buceo, aun que no tuvimos la misma acción
del día anterior, no fuimos defraudaron y los tiburones nos dejaron disfrutar
de su majestuosidad, sobre todo la de los tiburones tigre que se encargaron
de espantar a los grandes martillos que
solo pudimos ver a lo lejos.
Al terminar el día me sentía muy mal, con gripa, dolor de garanta y con el
cuerpo cortado, por lo que me fui a descansar, esperando recuperarme, para no
perderme el buceo del día siguiente, el cual no me quería perder por ningún
motivo.
Me levante con un intenso dolor en la garganta y oídos, y contrario de los
que dicen los médicos y las reglas del buceo, me medique para no perderme este
día de buceo, lo cual creo que hice bien ya que fue uno de los mejores días de
buceo de mi vida: El primer buceo lo
hicimos en un cantil (que es donde comienza la caída de la plataforma
continental y el mar abierto) la corriente en este tipo de buceos suele ser muy
fuerte, atrayendo muchos nutrientes y vida a la zona, lo qué lo hace un
estupendo lugar para observar grandes depredadores y peces pelágicos, en este
caso los poderosos tiburones toro no tardaron en aparecer, los cuales atraídos
por la carnada que se les ofrecía venían nadando desde las profundidades
demostrando quien manda y haciendo alarde de su poder y majestuosidad, en un
principio solo había tres, pero como fue avanzando el buceo siguieron llegando
hasta el momento de tener casi 20 tiburones toro rodeándonos y acompañándonos
hacia la superficie hasta el final del buceo.
El segundo buceo lo hicimos en el mismo barco en donde habíamos buceado los
días anteriores con los tiburones limón y los tiburones tigre. Este fue el
buceo mas intenso del viaje, ya que los tiburones estaban muy activos y hubo
muchísima interacción, desde que bajamos los tiburones tigre se encontraban en
el lugar y conforme transcurría el tiempo, más y más especies de tiburones
fueron llegando al sitio de buceo, hasta el momento que estábamos rodeados de
tiburones toro, tiburones limón, tiburones gata, el gran tiburón martillo y los
tiburones tigre, en donde estos últimos se acercaron a más de un buzo mostrando
mas interés del habitual, poniéndolos en situaciones de riesgo.
Después de un par de buceos no podíamos creer lo afortunados que habíamos
sido y nos preparamos para la ultima inmersión de esta aventura con los brazos
abiertos y listos a recibir lo que el mar nos ofreciera, en este sitio íbamos
en busca del gran tiburón martillo, los cuales no se quisieron quedar atrás y
llegaron a aparecer cuatro, se pusieron muy activos, entrando a comer la
carnada que se les ofrecía y después de casi 35 minutos de buceo, al empezar a
ascender y los grandes martillos nos acompañaron hasta la superficie, pasando a
escasos centímetros de nosotros, haciendo de este día, uno de los mejores de mi
vida!.
Después de esta aventura, no me queda mas que agradecer a Dios y al océano
los afortunados y privilegiados que fuimos al vivir esto.
Espero hayan disfrutado esta bitácora y nos vemos la próxima.
Saludos
Gerardo del Villar
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